Científicos le meten antibiótico y fe al mar para salvar vida marina

Científicos le meten antibiótico y fe al mar para salvar vida marina

El Archipiélago no se rinde ante la peste del arrecife

Oye mi broder, si usted pensaba que solo los humanos agarraban virus, pues entérese que nuestros corales también están bajo ataque. Se llama EPTCD (esa sigla parece trabalenguas), pero pa’ ponerlo claro, es una enfermedad que les pela el cuerpo a los corales duros. Una cosa seria, mi llave. Y como buen dolor de cabeza isleño, la cosa arrancó en San Andrés en 2022, como quien dice, ¡somos pioneros hasta pa’ los sustos!

¡Hasta los corales tienen doctor!

La gente de Coralina, que no solo sabe de trámites sino también de bichos microscópicos, se está fajando con proyectos internacionales que incluyen desde antibióticos marinos hasta bacterias “buena gente”. Todo pa’ salvar los arrecifes que nos protegen del oleaje y nos regalan vistas pa’ postal.

El combo incluye científicos de Estados Unidos, fundaciones locales, universidades y hasta un “protocolo del Gran Caribe” que suena como a club secreto. Han producido más de mil microcorales resistentes, montaron laboratorios en contenedores (sí, como los del muelle) y hasta hicieron bibliotecas de moco coralino… ¡congelado! Aquí sí que no se desperdicia nada, mi gente.

Probióticos: pa’ los corales también hay yogurt

Lo último en esta novela marina es que están cultivando probióticos pa’ corales. Así como lo oye. Ya no solo es el yogur pa’ la barriga, ahora también los corales tendrán sus propios “amigos bacterianos” pa’ pelear contra el virus ese. Dicen que los primeros candidatos están casi listos pa’ la prueba de fuego en el mar.

Y si se preguntan pa’ qué todo este esfuerzo, pues fácil: sin coral no hay peces, sin peces no hay pesca, sin pesca no hay rondón… ¡y sin rondón no hay isla que valga! Así que, aunque usted no lo crea, esos laboratorios llenos de tubos y agua salá son ahora el nuevo frente de guerra por nuestra biodiversidad.

Porque aquí, mi hermano, no solo se lucha con machete: también con microscopio, pinza y mucha verraquera isleña.

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