Secretaría de Salud pone la lupa a los dispensadores de agua

Si no dice “sin riesgo”, mejor siga derecho, mi broder

En San Andrés, donde hasta el agua tiene carácter, la Secretaría de Salud se puso las pilas y salió a darle vuelta a los famosos dispensadores o vending machines que se ven por toda la isla. Sí, esos donde uno llega con su botellón y recarga como quien llena el tanque pa’ ir al mar.

Pero ojo, que no todo lo que suena a frescura es potable. Shenna Manuel, una de las profesionales que anda revisando gota por gota, soltó la verdad del coco: no todos los dispensadores cumplen con la norma, y eso, mi llave, puede ser más peligroso que una resaca sin sal de fruta.

Agua que no has de beber…

Mire primero si tiene el sello de “sin riesgo”

La revisión no fue un paseo de playa. Se aplicaron las reglas de la Ley 9 de 1979, el Decreto 1575 de 2007 y la Resolución 2115 del mismo año, porque aquí no se juega con la salud. “Hicimos pruebas fisicoquímicas y microbiológicas. Porque el agua debe ser pa’ refrescar, no pa’ enfermar”, dijo la señora Manuel, mientras mostraba el informe.

Así que pilas: si usted ve un dispensador sin el cartelito de “Sin riesgo”, evítelo como evita la ex tóxica. “Ese sello es la garantía de que esa agua es segura. Los que no lo tienen, ni resultados de calidad tienen. Así de simple”, agregó la experta.

¡No se deje meter el agua sucia!

Revise antes de tomar y exija resultados

La Secretaría prometió seguir haciendo controles, porque el calor aprieta, pero la salud no se negocia. “Esto es por el bien de todos. A los que sí cumplen, felicitaciones. A los que no… más les vale ponerse al día, porque el agua aquí no es juego”, concluyó.

Así que ya sabe, mi gente: antes de llenar el botellón, mire bien el letrerito. Porque en la isla, el agua debe ser cristalina, no misteriosa.