El empate 1-1 entre Argentina y Colombia por la fecha 16 de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026 dejó más que un resultado deportivo. A pesar del tanto de Julián Álvarez y la igualdad posterior de Luis Díaz en un partido vibrante disputado en el Estadio Monumental de Núñez, lo que hoy ocupa los titulares no es lo sucedido con el balón en juego, sino un hecho extradeportivo que podría traer consecuencias para la selección campeona del mundo.
La FIFA y la CONMEBOL estarían analizando con lupa los incidentes ocurridos durante los actos protocolarios previos al inicio del encuentro, específicamente el momento en que se entonó el himno nacional de Colombia. Una parte significativa del público presente en el estadio silbó de manera insistente mientras sonaba la melodía patria del elenco cafetero, un gesto que ha sido duramente criticado desde distintos sectores tanto en Colombia como a nivel internacional.
De acuerdo con las normativas que manejan tanto FIFA como CONMEBOL, este tipo de manifestaciones por parte del público son interpretadas como una falta grave a los principios de respeto, tolerancia y convivencia que rigen al fútbol moderno. Específicamente, la FIFA contempla sanciones administrativas para las federaciones cuyos aficionados incurran en actos considerados ofensivos hacia símbolos patrios, manifestaciones culturales o expresiones de identidad nacional de las delegaciones rivales.
En ese contexto, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) podría enfrentarse a una sanción que iría desde una multa económica hasta el cierre parcial del estadio Monumental para el próximo encuentro como local. Si bien desde la AFA aún no se han pronunciado oficialmente sobre el tema, fuentes cercanas a la dirigencia albiceleste indicaron que ya se ha recibido una notificación preliminar por parte de la Comisión Disciplinaria de la FIFA, la cual abrió una investigación formal sobre lo ocurrido.
Cabe recordar que no es la primera vez que un combinado sudamericano se enfrenta a este tipo de medidas. En ciclos anteriores de Eliminatorias, selecciones como Chile, Perú y Paraguay han recibido sanciones similares debido a comportamientos inapropiados de sus hinchadas, incluyendo cánticos xenófobos, homofóbicos o gestos ofensivos durante los actos protocolarios.
En el caso de Argentina, el hecho de que el silbido ocurriera durante el himno de Colombia, un país con una importante diversidad étnica y cultural, incrementa la gravedad del incidente. La FIFA ha sido enfática en su política de “tolerancia cero” frente a cualquier expresión que pueda interpretarse como una falta de respeto a las diferencias culturales, raciales o nacionales, y por ello se espera una resolución ejemplarizante.
Más allá de lo que decidan los entes rectores del fútbol mundial y continental, este episodio deja una lección clara: el respeto dentro y fuera del campo debe ser innegociable. El fútbol, más que un deporte, es un espacio de encuentro entre culturas, y cada himno debe ser motivo de respeto, no de discordia.