Italia, Coralina y el MinAmbiente se montan al barco verde
Old Point y Johnny Cay van a dejar de estar “a la buena de Dios”
¡Ey mi gente! Esta vez la cosa no es cuento de pescadores ni promesas de papel mojado. En el hotel Samawi se armó la reunión con corbata y acento extranjero pa’ lanzar con bombos y platillos un plan que —ojo— suena serio: el proyecto “Ciudades Biodiversas, Sostenibles, Resilientes e Inclusivas”. ¿Traducción? ¡A cuidar los manglares antes que el mar se los lleve!
Los que llegaron
Vinieron los de Coralina, el Ministerio de Ambiente, los duros de la cooperación italiana y hasta empresarios con pinta de querer hacer turismo con conciencia (¡por fin!). La idea es sencilla: proteger nuestros manglares, especialmente en Old Point, y dejar de verlos como pantano con mosquitos, pa’ tratarlos como lo que son… el riñón del mar.
Manglares, paneles solares y coco sin humo
Y como si fuera poco, también quieren montar energías limpias en Johnny Cay. ¡Sí, señor! Paneles solares pa’ que el paraíso funcione sin tener que estar cargando pimpinas de gasolina. Ya instalaron los primeros y la meta es que la islita se vuelva 100% sostenible, así como el aceite de coco orgánico que venden los pelados en la playa.
“Queremos que Johnny Cay sea ejemplo en la región”, soltó Mario Beccia, el capo de la Agencia Italiana de Cooperación. Y la verdad, si lo logran, nos van a quitar el estigma de “turismo sucio y caro”.
Cultura ambiental o regaño con swing
El Viceministro de Ambiente, Mauricio Cabrera, también metió cucharón: “Necesitamos empleos verdes y reconectarnos con la biodiversidad”. En criollo, que dejemos de botar botella de plástico al mar y de pensar que sembrar mangle es solo pa’ las fotos de campaña.
Desde la comunidad, lo que se espera es que este no sea otro proyecto con nombre bonito y final triste. Aquí la esperanza es que los pelaos crezcan sabiendo que el mangle es más importante que un centro comercial… y que la isla viva de verdad en armonía con su entorno, no solo en el discurso.