Obras ‘express’ pa’ que no duela el brisón
¡Ajá, mi gente isleña! Autoridades del Archipiélago y Coralina la montaron en grande: desde el 27 de junio cerraron preventivamente el Parque Regional Old Point, mientras el Consorcio Vial Urbano SAI se encarga de meterle mano dura durante tres meses. Ojo pues, que esto no es solo rejuntadera de concejitos: el plan es convertir ese manglar en parada obligada pa’ turistas y residentes.
Cinco frentes pa’ ponerlo de un brillo eco-amigable
Ingenieros, arquitectos, obreros y vecinos se reunieron pa’ comentar el combo de adecuaciones:
- Reparar todo el maderamen dañado por el salitre o obrero despistado.
- Recuperar pasarelas y barandas pa’ que no haya tropiezos de badajo.
- Instalar señaléticas que no sean un telegrama arrugado.
- Incluso piensan ampliar con un mirador: una alfombra visual pa’ cine ecológico frente al mar.
Y lo mejor: todo bajo normas ambientales para no cargarnos la zona que protege especies vitales pa’ Seaflower. Los materiales serán amigables con la madre tierra, mano.
Cierre, vigilancia y un ojo raizal
Para que nadie se trabe en viga suelta o empiece a jugar palín en pasarela, el cierre preventivo arrancó el 27 de junio y se instalarán vallas informativas pa’ mantener la seguridad.
Además, el presupuesto supera los 2.000 millones de pesos, con interventoría a cargo del “Consorcio Inter Habilitación 2024” y la comunidad vigilando que no se haga la gran ñeñe .
Voces isleñas con sabor y conciencia
El secretario de Infraestructura, Cristián Cañón, comentó:
“La idea es usar materiales sostenibles de la mano de Coralina… el cierre preventivo es necesario para garantizar la seguridad”
Y el director de Coralina, Quincy Bowie, complementó:
“Queremos restaurar el sendero que se ha degradado… verificaremos que no se cometan imprudencias ambientales”
Por su parte, vecinos y veedores propusieron campañas pa’ fomentar el senderismo y así posicionarlo dentro de la oferta turística del Archipiélago.
Con este empujón, Old Point no solo será un manglar bonito, sino un escenario digno, seguro y con ese sabor raizal que nos hace únicos. En tres meses volvemos a la jungla de madera… pero esta vez, pa’ disfrutarla con estilo.